POR UN CAMBIO GLOBAL

Porque creemos que hace falta más cuidado, más empatía, más responsabilidad, más consciencia, más amor hacia todas las personas y hacia todo lo que nos rodea.

Y porque creemos que ese cuidado es necesario desde el principio, hacemos nuestra la frase de Michel Odent: "para cambiar el mundo, primero hay que cambiar la forma de nacer". Porque en cada nacimiento un nuevo ser viene al mundo, y debemos recibirlo con el amor y respeto que se merece.

Y más aún, cuidemos a las mujeres, que gestarán y parirán a esas criaturas para que se sientan libres y empoderadas y capaces de esa gran tarea. Permitamos que sus embarazos sean conscientes y sus partos respetados. Y no les separemos, se necesitan mutuamente para que se de el vínculo de amor entre ellos.

Cuidemos también a esos niños, dejemos que sean niños y respetemos su ritmo evolutivo, sus inquietudes, sus intereses, sus necesidades físicas, emocionales y espirituales, protejamos su alegría y sus ganas de aprender.



Cuidemos el entorno en el que vivimos, en el que vivirán. La tierra no es un legado de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos. Seamos responsables, seamos conscientes de nuestras acciones, también las indirectas. Cada cosa que hacemos, que compramos, repercute a otros...

Cuidemos nuestra salud, nuestra alimentación, no nos creamos todo lo que nos venden. Recuperemos la conexión con nuestro cuerpo, no esperemos a que otros nos digan cómo nos sentimos, o qué tenemos que tomar para sentirnos bien. Valoremos qué intención mueve a cada información que nos llega.

Abramos los ojos, sólo así podremos ver qué está pasando, y sólo así podremos elegir salir de esta rueda loca y empezar a construir un mundo distinto.

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